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lunes, 31 de enero de 2011

Años luz


No recordaba tu voz, y no había cosa que me aterrase más que estremecerme al volverla a oír. Tampoco quería sentir tu calor, ni siquiera embadurnarme de tu perfume. Mucho menos, sentir tus manos sobre mi piel. Caricias, tacto. Que nunca colisionaran tus labios contra mí. Fricción verbal. Miradas que hacen recordar mejores tiempos, donde el diámetro de mi felicidad era indirectamente proporcional a la distancia que nos separaba. Éramos una sola alma, dividida en dos cuerpos. Y ahora todo esto vuelve como si de un huracán se tratase, y yo no tengo a qué aferrarme. Mi mente vuelve a jugármela, olvidando lo malo y recordando cada parte de tu cuerpo. Reviviendo momentos que pertenecen a ese pasado que tanto anhelé, y, para qué engañarnos, sigo anhelando. Pido perdón al mundo por ser tan débil, nunca confié en mis posibilidades. Al fin y al cabo, yo siempre he acabado manchada de barro por mi contrincante. No sé qué es peor, si que mi alma se despedace por no querer rendirse, si no tener fuerzas para seguir así, o si no saber si todo esto es realidad. Esta niebla no me deja ver qué hay más allá de las apariencias, y a ti dejé de entenderte hace años luz.

B.

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No hay más que eso. Es lo que ha salido, a pesar de no querer reconocerlo.

Singspiration: http://www.youtube.com/watch?v=IhiWrrSSmac

domingo, 30 de enero de 2011

Cruel tentación


Tentación:
(Del lat. temptatĭo, -ōnis).
1. f. Instigación o estímulo que induce el deseo de algo.
2. f. Persona, cosa o circunstancia que la provoca.
3. f. Rel. Solicitación al pecado inducida por el demonio.
caer alguien en la ~.
1. loc. verb. Dejarse vencer de ella.

A partir de esto podría decirse que tú eres la tentación, aunque preferiría llamarte pecado. Te empeñas en que el aire que corra entre nosotros sea imperceptible, a pesar de haber impuesto la distancia entre los dos. No sé qué pretendes, pero mis fuerzas aminoran con cada una de tus caricias. Es lamentable como simples actos, que incluso más de una vez repudié, ahora parecen poder con mi fuerza de voluntad. Te clasifiqué como prohibido y creo que es justamente eso lo que te hace tan apetecible. Pero no. No se puede ni debe. Sólo si supiese que el mundo finalizaría después del último beso que pudiera darte, lo haría, para no morir en el intento, evitar ensuciar mi conciencia de por vida y huir del arrepentimiento. Puede que me derrita cual glaciar, que arda en la hoguera del deseo, que muera de ganas, pero mi parte racional es alimentada cada día con simples recuerdos que me impiden caer en tus redes.


B.
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Creo que no hay nada más que decir. Cada vez entiendo menos las cosas, pero también me interesan menos (creo).

sábado, 29 de enero de 2011

Hoy el torrente de tu voz no es escuchado en ninguna parte


Es de esto que dices que no imaginas ni qué pasará mañana. Tantos cambios en tres segundos de tu vida, que ni el futuro más cercano te parece certero. Quisieras era garantía que te promete todo el mundo que te rodea de ser feliz. Y tú te la acabas creyendo... Como una imbécil te crees todo lo que ves, escuchas, sientes. Y sabes que casi todo es mentira. Que no vas a adelgazar por comprarte esos zapatos, no vas a ser una estrella del rock por ponerte tachuelas, ni siquiera vas a tener a alguien que te quiera toda tu puta vida por muchos "te quiero" que te dé. Y toda la sinceridad que desprende de tu corazón se queda grabada en la acera fría y dura de aquel viernes enclaustrado y sin sentido. De esos días que te replanteas el mundo y ves cómo todos están engañados. Cómo brillan sus ojos de ilusión y una pseudo felicidad que te dan arcadas. Arcadas por presentir el desengaño que se llevarán al ver cómo es la vida. Y tú ya has vomitado mentiras y verdades. Te produciste el vómito tantas veces que ya no distingues realidad de ficción. Y no te ves. Y ves que a los que llaman locos son los únicos que han aprendido qué es la vida. Y tú, boba y estúpida, con los ojos vendados sólo te permites decir "eso es mentira, la felicidad plena existe".
Las calles están frías, pero no por el invierno, no. Estamos a 19º, no es tanto. Es el corazón de las personas y su mente distorsionada la que hace que se te hielen los huesos.
Te congelas. Te ultracongelas. Estás helada. Estás viva. Estás muerta. Estás enamorada. Odias y amas. No estás. No está. No sabes quién hay. Qué existe. Y te pierdes en la bañera de tus ojos, y no puedes. Si te permites pensar, te hundes, si no, vivirás una mentira. Y aún sigues creyendo "esto se pasa con el tiempo", "tú eres más fuerte", "esto no merece la pena", "esto se olvida". Olvido... olvidada estás tú ante Cupido. ¿Quién dijo que sus flechas no dolían? Y te ha atravesado el corazón y el cerebro. Los labios te sangran. Las manos, heridas, te escuecen. Te arde todo el cuerpo mientras te tiemblan las extremidades. Y es que estás soñando y tu subconsciente no te deja en paz. Y no puedes descansar ni un segundo. Pero sigues sonriendo por alguna razón estúpida. Alguna razón que ni siquiera sabes si existe, si es verdadera, si te garantiza la felicidad. Pero es que todo esto te da igual. Hace tiempo que te diste cuenta que tiraste esas cosas que no merecen la pena al mar. Y las olas se lo llevaron tan lejos, que parecen no estar. Pero están.
Y cada suspiro trae de vuelta el mensaje de esa botella. Y te recuerda todo lo vivido. Y te dan ganas de que llueva más. El torrente de tu voz hoy no es escuchado en ninguna parte. Pero te hace sentir bien el gritar. Hasta que te quedes sin voz, para así no tener nada más que decir.

Y aún hoy, después de todo lo vivido, te debates ante dos ideas totalmente opuestas. La felicidad y el engaño. El pensar que todo esto pasará y la hecatombe total. El saber que tú eres más fuerte.


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El texto que hoy traigo es de hace unas semanas, pero no se aleja demasiado de mi "realidad", por llamar a esto de algún modo xD
Espero que os guste (:

jueves, 27 de enero de 2011

¿Puedes sentirlo?

Ya no sé ni de qué dirección proviene este viento. Agita mis mechones al son de una melodía que se perdió entre las nubes. El sueño de no despertar nunca. ¿Cómo prometer sobrevivir, si sabes que tarde o temprano vas a morir? Millones de frases se desploman sobre mi mente y ninguna dice nada. Sin sentido. Y me dejo llevar. Soy presa del tornado de mis pensamientos. Y vuelo, y vuelo... Para no volver. Sólo desaparecer. No pisar el suelo en cien años y olvidar qué es avanzar. Sólo flotar. No sentir mis pies. Tener alas. Propulsada por el corazón y sus latidos. Aquí no hay límites, sólo libertad. Sobrepasar cualquier obstáculo y destruirlo en ese mismo momento. No volver a cometer los mismos errores. Pensar antes de hablar. Ser fuerte. Cosas que, en la vida real, apenas son posibles. Esta mezcla de juego ficticio y la más cruda realidad me hace estremecer de terror. Ya no puedo distinguir. Sólo siento y padezco. Levito con cada suspiro y vuelvo a caer en mi cama como si de una hoja otoñal tratase. Pero sonrío, sonrío y respiro. Sonrío y me pierdo entre mis sábanas. Mañana será un buen día, lo prometo.

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Aquí y ahora empieza mi cacao. Creo que llego algo tarde para explicar toda mi situación, así que, probablemente, iréis conociéndola algo más a partir de mis textos. Tampoco tienen mucho sentido, lo sé, pero, ¿qué lo tiene ahora mismo?



¡Ciao!

Bienvenidos/as

Hoy se inaugura este pequeño blog. Aquí simplemente plasmaré, mejor o peor, mis sentimientos, ideas o cualquier cosa que me ronde la cabeza y desee compartir.
Soy una pura aficionada, no tengo nivel, sólo escribo por diversión e incluso por necesidad muchas veces.

En fin, no me enrollo. Sólo espero que los pocos que lo veáis disfrutéis con él.






¡Salud!