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sábado, 29 de enero de 2011

Hoy el torrente de tu voz no es escuchado en ninguna parte


Es de esto que dices que no imaginas ni qué pasará mañana. Tantos cambios en tres segundos de tu vida, que ni el futuro más cercano te parece certero. Quisieras era garantía que te promete todo el mundo que te rodea de ser feliz. Y tú te la acabas creyendo... Como una imbécil te crees todo lo que ves, escuchas, sientes. Y sabes que casi todo es mentira. Que no vas a adelgazar por comprarte esos zapatos, no vas a ser una estrella del rock por ponerte tachuelas, ni siquiera vas a tener a alguien que te quiera toda tu puta vida por muchos "te quiero" que te dé. Y toda la sinceridad que desprende de tu corazón se queda grabada en la acera fría y dura de aquel viernes enclaustrado y sin sentido. De esos días que te replanteas el mundo y ves cómo todos están engañados. Cómo brillan sus ojos de ilusión y una pseudo felicidad que te dan arcadas. Arcadas por presentir el desengaño que se llevarán al ver cómo es la vida. Y tú ya has vomitado mentiras y verdades. Te produciste el vómito tantas veces que ya no distingues realidad de ficción. Y no te ves. Y ves que a los que llaman locos son los únicos que han aprendido qué es la vida. Y tú, boba y estúpida, con los ojos vendados sólo te permites decir "eso es mentira, la felicidad plena existe".
Las calles están frías, pero no por el invierno, no. Estamos a 19º, no es tanto. Es el corazón de las personas y su mente distorsionada la que hace que se te hielen los huesos.
Te congelas. Te ultracongelas. Estás helada. Estás viva. Estás muerta. Estás enamorada. Odias y amas. No estás. No está. No sabes quién hay. Qué existe. Y te pierdes en la bañera de tus ojos, y no puedes. Si te permites pensar, te hundes, si no, vivirás una mentira. Y aún sigues creyendo "esto se pasa con el tiempo", "tú eres más fuerte", "esto no merece la pena", "esto se olvida". Olvido... olvidada estás tú ante Cupido. ¿Quién dijo que sus flechas no dolían? Y te ha atravesado el corazón y el cerebro. Los labios te sangran. Las manos, heridas, te escuecen. Te arde todo el cuerpo mientras te tiemblan las extremidades. Y es que estás soñando y tu subconsciente no te deja en paz. Y no puedes descansar ni un segundo. Pero sigues sonriendo por alguna razón estúpida. Alguna razón que ni siquiera sabes si existe, si es verdadera, si te garantiza la felicidad. Pero es que todo esto te da igual. Hace tiempo que te diste cuenta que tiraste esas cosas que no merecen la pena al mar. Y las olas se lo llevaron tan lejos, que parecen no estar. Pero están.
Y cada suspiro trae de vuelta el mensaje de esa botella. Y te recuerda todo lo vivido. Y te dan ganas de que llueva más. El torrente de tu voz hoy no es escuchado en ninguna parte. Pero te hace sentir bien el gritar. Hasta que te quedes sin voz, para así no tener nada más que decir.

Y aún hoy, después de todo lo vivido, te debates ante dos ideas totalmente opuestas. La felicidad y el engaño. El pensar que todo esto pasará y la hecatombe total. El saber que tú eres más fuerte.


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El texto que hoy traigo es de hace unas semanas, pero no se aleja demasiado de mi "realidad", por llamar a esto de algún modo xD
Espero que os guste (:

1 comentario:

  1. Está claro q tú eres más fuerte y que todo tarde o temprano pasa, aunq a veces creamos que no va a cambiar nada... Pero aunq no seamos capaces de verlo en el momento justo siempre hay algo que va cambiando y de eso nos damos cuenta cuando pasa el tiempo.

    Buen blog!
    Un saludo!

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