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domingo, 27 de febrero de 2011

Ansias de libertad


El viento choca con tu cara, al igual que el mar en las rocas. Para que luego digan que el dolor no te hace recordar que estás viva. Te preguntas por qué el tiempo está tan revuelto y los árboles parecen gritar de dolor. Se zarandean. Y comienzas a bailar con ellos. Cuando cierras los ojos no puedes ver más que dedos señalándote, acusándote, juzgándote. Te duele, porque estás viva. "Pero no merece tanta atención, ¿verdad?". Las dudas boicotean tu mente y la taquicardia brota en tu interior. La certeza de que has hecho daño y no lo pretendías; el miedo a haberte equivocado. Pero la tormenta que ha nacido en el fondo de tu ego siempre se serena con el tacto. Una mano caliente se posa en tu hombro. Una palabra de apoyo sobre tu oído. Las ganas de conseguir lo que se quiere. Todo ello es más importante, porque no siempre la felicidad viene de la mano de lo correcto, y la vida es demasiado corta como para castigarte más por el pasado. "Confía en ti", se convirtió en tu lema.

Y, de pronto, comienzas a entenderlo algo mejor.
- Puede que aquí el viento parezca furioso porque, a mil kilómetros de mí, alguien ha desplegado sus alas.


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La fotografía es de hoy mismo. Mi preciada cruz ankh sobre mi tatuaje. En serio, cuanto más lo veo, más me gusta. Soy yo plasmada en un tatuaje. Cómo me alegro de habérmelo hecho.

lunes, 21 de febrero de 2011

¿Te consideras digno?


¿No crees que es demasiado fácil juzgar sin saber? No pido que compartas opiniones, ni siquiera que me apoyes, simplemente que me escuches. Las puñaladas por detrás ya me aburren. Te quejas del mundo, criticas cada cosa que no te gusta, sin darte cuenta de que tú no eres más las sobras de lo que siempre odiaste.
Mi camino se torció (y de qué manera), y quizás mis decisiones no fueron las más adecuadas y metódicas, pero tampoco ha sido fácil. ¿Crees que no me duele? ¿Que no me sentí como una auténtica hija de puta en varias ocasiones? No, claro que no lo crees. La generalización es tu mejor arma, y no te importa utilizarla mezclada con ignorancia.
No necesito que el mundo me venere, bastante tengo con vivir, pero me avergüenza que la gente, a la que un día admiré, ahora se dedique a señalarme con el dedo, por el simple hecho de querer intentarlo. Como si todos vosotros no os hubiéseis aventurado a jugar al azar, a intentar segundas oportunidades, ya sea perdiendo o ganando, error o acierto. Pero, como siempre, hay un tonto que vomita acusaciones ciegamente, y todo su rebaño irá detrás, escondiendo bajo sus pupilas sus propias experiencias cercanas a la mía, por miedo a empatizar y no estar de acuerdo, a ayudar a la víctima, a apoyar, a respetar.. Es sencillo dar la razón, ¿verdad?


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Uf, por fin. Me desahogué, aunque aún me quedan cosas por decir.
Últimamente han sucedido muchísimas cosas. Cosas que agradecer, y luego... esto. Pero, aún así, me resbala bastante. Total, sé que escribir esto no cambiará nada. Y la gente es demasiado orgullosa para admitir su equivocación.
Sólo puedo decir que mis decisiones son las que realizan el camino de MI vida, y tengo todo el derecho del mundo a intentarlo. Por ahora, estoy siendo muy feliz, y hacía demasiado que no me sentía tan bien.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Efímera


- Conozco cada uno de tus lunares. En tu pecho izquierdo tienes dos, separados por un centímetro que tantas veces he besado. En el derecho, uno roza tu pezón, pero no tanto como yo (imposible). Tu boca, (uf, tu boca) tan dominante como siempre, sentencia con otro en la parte izquierda, justo debajo de tu labio inferior. Seis me rodean junto a tus brazos, repartidos al azar mas simétricos. Creo que a Venus se le cayeron miles en tu espalda, marcando el camino a seguir hasta donde acaba su nombre. Y mi lengua se limita a escuchar su respiración entrecortada y sigue el rumbo de los de tu ombligo. He memorizado tus piernas de tal manera que no puedo sacarlas de mi mente. Me perdería en ellas a cada instante, ya lo sabes. Y, ¿qué me queda? Tu belleza más prohibida. Aquélla que finjo olvidar para que me la recuerdes diariamente. Dime, ¿cuántos lunares se esconden ahí? Sé que no vas a contestar, pero estás preciosa mientras duermes, desnuda, tanto que no aguanto las ganas de disfrutarte. Mis dedos se pierden por tu cuerpo, adivinando el dibujo que queda al unir tus puntos. Es alucinante ver cómo tu piel se eriza, respondiendo a mis caricias (amor, prometo darte tantas como pueda). ¿Te he dicho que no creo en los ángeles? La primera vez que te vi me lo tuve que replantear (siendo sinceros), pero no, tú no eres un ángel. Eres algo superior: ellos no tienen el poder de enloquecerme con su sexo. No sé dónde comenzó esto, cuándo ni por qué, pero, eres tan perfecta, que no te imagino envejeciendo, mortal. Dime que eres infinita, eterna, ahora que no me escuchas.

- Tuya, soy tuya.


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La vena romanticona vino fuerte :3
Skunk DF, aunque resulte extraño, tiene la culpa.

sábado, 12 de febrero de 2011

Feliz Estafa


Se acerca San Valentín, y te la pela. Es más, te molesta. Sí, coño, te molesta. Podrías pensar que es muy bonito ver tanto amor en el ambiente, pero es que... no es amor. No, no es amor verdadero. Es un amor plastificado, comercial, convenido. Sí que tienen ilusión en sus ojos, claro, por la curiosidad y el ansia de saber qué regalo van a obtener, si van a cenar en un sitio caro o si hoy toca hacer el amor. Y digo yo... ¿por qué hay que regalar expresamente hoy? ¿Qué sorpresa es ésa? Sabes (o eso esperas) tener algún regalo, que te encante. ¿Y si no te gusta? ¿Y si no te espera nada más que un día cualquiera? Y seguramente estés pensando: "esto es lo que diría la típica amargada que hoy no ha recibido ni cartas ni bombones, ni siquiera una rosa". Pues no, no he recibido nada de eso, ya ves. Pero sí más que tú. He obtenido lo de todos los días, ni más importante ni más pasteloso: lo mismo. Igual de alucinante y especial para mí. No me ha regalado una caja de bombones, pero sí he comido de sus labios. Al igual que no he tenido cartas llenas de corazones, mas he escuchado mil doscientas veces cuánto me quiere. Y, mira, eso ha sido, es y será mejor que cualquier otra cosa, hoy, mañana y cualquier día. Porque el amor no se da por sentado, el amor se debe merecer y demostrar cada día, no sólo un estúpido 14 de febrero. El amor, entendido como el de verdad, infinito e incondicional, no se muestra con cenas, ropa o anillos, sino con el día a día, con el trato, el afecto, el respeto, la libertad y el cariño. Y hacer el amor... joder, ¿por qué tiene que ser algo impuesto? Si de verdad quieres a esa persona te mueres por formar parte de ella de una manera tan pura. Cada día. No los findes, no en aniversarios. No hay fechas, hay momentos, hay ganas y pasión. Si hay, hay amor.

Prefiero que me amen los 364 días restantes. Y el amor de verdad, no tiene precio.



B.

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Hecho con todo mi cariño, y, sobre todo, sinceridad. Es algo que nunca entenderé.
http://www.youtube.com/watch?v=mvAn8PzM-c8

miércoles, 9 de febrero de 2011

Catorce vidas somos nosotros dos.

Me parece fantástico. Alucinante. Asombroso. Increíble. Sublime. Perfecto. Me recordaste que el chocolate sabe mejor de tu boca y que el aire que respiro sólo me llega si antes ha pasado por tus pulmones. Tengo mis seis sentidos calados desde ese día, donde volví a recuperar la esperanza. Y tus labios volvieron a fusionarse con los míos, para que nuestras almas se volvieran a recuperar de la caída. Agárrame, y no vuelvas a soltarme, que me hice tan etérea que soy capaz de desaparecer con un suspiro. Quizás no te des cuenta, pero en mi corazón no hace tanto frío, llegó la primavera, y con ella las alegrías en flor. ¿Notas el calor? Parece gritar cuánto te ha echado de menos. Pero no le hagas caso, ha sido muchísimo más.

¿Sabes qué? Me gustaría que el único enemigo que nos venciera fuese una muerte muy lejana, el tiempo, la vejez.

Se está tan a gusto viviendo sin miedo...

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A veces, cuando crees haber perdido algo, lo encuentras en el sitio menos esperado, en el momento más adecuado. Lo llaman suerte, yo, destino.

http://www.youtube.com/watch?v=31MRR418NHM
Cuánto tiempo sin escuchar Fito, aún siendo de mis preferidos.

domingo, 6 de febrero de 2011

Colócate la máscara, hoy toca luchar.


"Buenos días, princesa", te encantaría escuchar de sus labios esta mañana. Sin duda alguna, eso te daría las fuerzas que te faltan para levantarte hoy, y las que te sobran para llorar mañana. Mil y una vueltas en la cama, sin él, sin valor a levantar las mantas, con miedo a helarte en el intento. Pero llega un punto en el que te sientes realmente estúpida al pensar así. ¿Quién dijo que existieran los príncipes? Nadie te debe nada, o eso te gusta pensar. "Son menos las decepciones", piensas. Miras al techo y te pasan los últimos días por la mente, en forma de diapositivas. Examinas cada gesto, mirada, caricia, carcajada... Y sonríes. No quisieras sonreír, pero es lo que sientes. Ya no hay marcha atrás. Te puede costar caro pero, ¿y lo bien que duermes desde aquéllo? Abrazas la almohada, pensando en que es otro alguien no tan inerte. Y no puedes evitar imaginar los despertares de toda tu vida junto a él, mientras oyes un "buenos días, cariño", de tu padre a tu madre. Te emociona incluso, porque cosas así alimentan la llama esperanzadora de tu interior para creer en el amor verdadero, en el que es para siempre, independientemente de peleas insignificantes e insustanciales que no, no cambian absolutamente nada. Que después se mirarían arrepentidos y se fundirían en un beso que parece susurrar "lo siento, te quiero". Han pasado dos horas desde que abriste los ojos para dar la bienvenida a este soleado día, y puede que hoy no esté él para salvarte del mundo, pero te tienes a ti misma, imperfecta pero guapa, delante del espejo. Te queda la ilusión y esperanza de que tú puedes un poquito más. Sabes que a veces te toca ser la heroína de tu propia historia, y no te piensas rendir. Quizás la meta no sean sus labios ni su amor, pero el final sabrá a felicidad de haber conseguido ponerte la máscara y salir a retar al mundo. Si en el fondo lo sabes, él también ha pensado en ti, al menos un instante.

B.


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Es lo que hay, no puedo dejar de sonreír, aunque por dentro aún quede miedo.
La fotografía es de la sesión que hice ayer con Irina. Estuvo espectacular ;)
Y, por último, una canción a la que me he viciado y, cómo no, ha sido la inspiración.
http://www.youtube.com/watch?v=KR5zTOiK1OQ

viernes, 4 de febrero de 2011

Lo que nos falta es valor


Sospecho entender un poco más toda esta situación. A veces no nos atrevemos a girar del todo la cabeza para mirar al pasado, pero tampoco queremos (ni podemos) vivir sin él. Es algo que no queremos asumir, pues sería asumir el posible fracaso de haber querido olvidar. Olvido... el único olvido que existe es el involuntario, y algo que ha sido y es tan importante, siento decírtelo, pero, no se puede olvidar. Es más, si lo tachas de prohibido, será la mayor tentativa que puedas encontrarte en tu puta vida. Será por eso que me ahogo con y sin tu aire. Entonces, mejor ahógame en un abrazo o una caricia, yo seguiré esperando ese beso que no ocurrió. Y puede que se quede dentro de lo que pudo ser, lo que nunca sucedió, no por falta de querer, si no por falta de valor. Justamente es eso lo que no tenemos, valor. La valentía de mirarnos a los ojos y ser sinceros el uno con el otro, el valor de intentar lo que se quiere, luchar por ello. El valor que se pierde entre estos valiosos segundos que podrían pasar, de ser una tortura a medias, a una felicidad completa. El saber que conseguimos dar todo lo que prometimos, que llegamos a tener lo que siempre anhelamos, que recuperamos lo perdido. Y mi mano aún sigue ahí, esperando a que la cojas, para, por fin, poder salir de esta pesadilla, pasar de lo utópico a la realidad. Pero el valor es muy escaso y el miedo tan infinito...



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A veces el contacto es demasiado difícil de controlar. Las sensaciones, las emociones y los sentimientos son tan aleatorios y etéreos que te vas sin apenas darme cuenta, casi como volviste a aparecer. Sólo te pido que no juegues con la confusión...

martes, 1 de febrero de 2011

Nunca estuvo bien leer diarios ajenos


Hoy es 1 de febrero. Sólo escribo porque no puedo dormir. Otro día dulcemente horrible. Hemos vuelto a hablar durante horas, y a la vez que me relamo los labios por verle, estoy muy asustada. Parece que los planetas se alinearán y que algo va a ocurrir. Y yo aún no sé si quiero que eso pase. Por otro lado, el insomnio no se apiada de mí, esta noche me he dormido a las 5 de la mañana, a las 8 ya estaba ojiplática. No he podido dormirme, a pesar de haberme quedado para descansar el dolor de cabeza que me acecha durante días. Mi madre sabía perfectamente por qué me había levantado más tarde de lo habitual, y aún así me ha dejado como una vaga despreocupada delante de todos. Si qué más da... Ya son dieciocho años quedando como la típica pasota que no se preocupa de nadie, que no tengo aprecio a nada, dicen. Y quizás sea la única que realmente se preocupa por los demás. Ninguno sabe todo lo que llevo a mis espaldas, y todo lo que tengo que fingir para no preocupar, al fin y al cabo, la atención siempre es para los mismos. Lo que a mí me ocurra nunca tendrá importancia, "cosas de la edad", dicen... Ya, claro. Porque ver desde pequeña la depresión personificada en tu madre es fácil, y no poder estar mal porque no sería justo también es por la edad, ver cómo tu hermana no llega a fin de mes, cómo ha convertido su vida en algo que ella realmente no eligió. Que tu padre se encuentre con esas papeletas al llegar del trabajo, que lo pague contigo cuando realmente no tienes nada que ver, pero, aún así, asentir y sonreír, y amargarte una vez que estés sola, con la puerta trincada y la música alta. Será por eso que es mejor actuar, colocarte una falsa valentía como sonrisa, y adelante. Para ellos siempre seré lo mismo, ninguno se ha dignado a intentar conocerme. La única es mi hermana, y ya ves, la confianza no es mi punto fuerte. Me daría por llorar con sólo intentar explicarle alguno de mis problemas, no sé si es la culpabilidad de haber llegado al punto de ser desconocidos en las mismas cuatro paredes, pero ya me pasó lo mismo cuando se enteró de que me provocaba el vómito por darme asco a mí misma; tampoco apoyó la idea de llevarme a un psicólogo. En los peores momentos he estado más que sola aquí, no pueden pretender que confíe, si siempre me acaban fallando. No sé a qué viene esta reflexión, si es lo mismo de cada día. Será por intentar hacer la montaña más pequeña. Montaña... A la montaña me iría yo, y respirar, tan fuerte que se rompa el aire, aunque esta vez, si no respiro, es por no ahogarme. Intenta no respirar... Mañana más.


Y ahora aquí te ves, teniendo el tesoro más preciado de tu hermana entre manos y lágrimas. ¿Qué harás ahora? Si no finges que no sabes nada, ella posiblemente pierda la esperanza en poder confiar en ti, pero, si pasas de largo, posiblemente se ahogue en tanta mierda. Te sientes realmente mal. Tiene razón en todo. Sí que ha sido cabeza loca en algún momento, pero quizás era la reacción a sus problemas. Siempre te pareció tan pequeña... Se te ha escapado de las manos sin darte cuenta. Sabías que últimamente no le iba bien, y aún así no le tendiste tu mano. La impotencia te reclama en cuerpo y alma, no puedes hacer nada por ayudarla, no querrá saber de ti si se entera de esto. Desde un principio sabías que no estaba bien leer diarios ajenos, y aún así lo hiciste. Hay cosas que el humano no debería conocer, pero ya está hecho, y ahora tú también tendrás culpa de su ahogo, porque lo sabes, sabes que se marchita por dentro, y que no es como creíais todos. Puede que sea ella realmente la única que padece los problemas de los demás. Que aprecie, sí, os aprecia a todos, incluso más que lo que vosotros le habéis demostrado a ella. Nunca fueron peores tiempos.


B.

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La frase en negrita es de la canción Al respirar, de Vetusta Morla, la inspiración que me ha arrancado de los folios llenos de teoría porque no aguantaba más.
El texto tiene parte de realidad y parte de ficción. Cuando era pequeña, me leyeron mi diario. Dejé de escribir en él, incluso lo destruí. Pero he vuelto a retomar el boli nocturno, porque si no, la ansiedad me comería aún más. El insomnio, por desgracia, tampoco es ficción. No puedo dormir desde hace días, y el dolor de cabeza que le prosigue, me va a reventar las sienes. Sólo pienso en qué ocurrirá, sólo sueño cosas que no debería. La hostia puede ser grande, y tan sólo quedan 3 días.

Aquí dejo la canción. Estoy viciada.
http://www.youtube.com/watch?v=xM4Rldp9QWA