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martes, 13 de septiembre de 2011

Buenas noches y perdón por las molestias.


La melodía de la decepción retumba en mis oídos. Sé que os he fallado, y lo siento.
A veces la historia de tu vida no es como siempre soñaste. También los sueños llenos de color y alegría se tornan grises al alba. Brindo cada noche por un nuevo amanecer. Por uno lleno de esperanza, uno en el que no me dé miedo despertar y mirar a mi alrededor. Quiero ver orgullo y dignidad por algún lado. Quiero ver amor a borbotones. Quiero creer de nuevo en la amistad, en la relación desinteresada. No quiero excepciones del mal, sino del bien. Quiero encontrarme a mí misma. Quiero poder mirarme a los ojos sin pensar en que mi vida se está yendo al garete.

Dime... dime si merezco o no otra oportunidad. Dime, dios ateo, si merezco perdón, respeto, si merezco que alguien pueda llegar a admirarme. Dime si algún día tendré el valor suficiente para tomar la dirección que realmente deseo. Quizás pueda llegar a decir que les quiero a quienes de veras miran por mí. Quizás pueda llegar a desafiar a mi peor pesadilla.

Los días se escapan por la ventana, y yo sigo aquí, muerta de miedo. Siento mis brazos entumecidos, de verdad que sí. Mi pecho está agujereado. Mi cabeza es una regadera de la que se escapan los mejores recuerdos que nunca tuve. Mi estómago se resiente (perdóname por todo el daño que te he hecho). Y mis ojos están ebrios, en coma etílico. Perdidos, buscando una dirección que se merezca al menos una de sus lágrimas. Mi garganta sigue quemada por mi bilis, amordazada por mis cobardes cuerdas vocales.

Puedo imaginarme el repudio que sentirá más de uno ante una imagen de mí tan... tan realista. Sé que no parezco así. Sé que me ven como una orgullosa que no lucha. Y puede que si luchase más... pero el miedo vence la partida incluso antes de empezar. Lo siento.

Me quema las vértebras esta situación. Nunca entendí por qué hay que elegir.
Quizás esto sólo sea una prueba para mi paciencia, para ver cuánto aguanto sin mandar todo a la puñetera mierda. No puedo decirte una fecha exacta, sólo que no quiero más palabras malsonantes, no quiero más miradas de pena, no quiero más limosnas, no quiero que sueltes mi mano, no quiero sentir que sobro en esta vida.

Me canso de pedir perdón por existir en el mismo mundo que los demás. Me come la idea de pensar en cómo me ven los demás, en dónde quedó el cariño que me tenían algunos. Yo lo sigo teniendo en casi todos los casos, en casi todos los matices. Mi único error fue pensar que podía con todo esto yo sola.

No estoy hundida, estoy tocada. Pero no sé cuántas minas me quedan por pisar para llegar a morir.

¿Qué debería hacer ahora? ¿Pedir perdón por ser tan débil? No soy débil. No soy débil. No soy débil. No soy débil. No soy débil. No soy débil. No soy débil. No soy débil. No soy débil. No soy débil. No soy débil. No soy débil. No soy débil. No soy débil. No soy débil.

Sólo tú tienes la llave de esta jaula. Ábreme, que he olvidado cómo suenan mis alas al alzar el vuelo. No me hace falta correa para no escapar.


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Mi Flickr

www.flickr.com/photos/beinghumanforever

Gracias.

Te quiero<3

viernes, 22 de julio de 2011

La suerte está echada


Me muero por llorar, pero mis lágrimas se resisten. Este dolor no es algo que se supere, es algo continuo. Y no hay otra forma de llamarlo que miedo. Siempre me ha acompañado en mi viaje y nunca supe qué era. Sólo pude descubrirlo cuando escuché que las palpitaciones de mi corazón no eran más que gritos de auxilio; que la falta de respiración se concentraba en esa corbata formal tan apretada.

Me vuelvo a ver las caras con él y hay qué ver... cuánto hemos cambiado. Cuando le conocí le bauticé como mi nuevo Dios, algo de lo que no despegarme, algo por lo que sobrevivir. La soledad como única compañera y la apatía como señal de identidad. Era algo que no me parecía tan terrible, en cambio, ahora, me está arrancando la piel a tiras, me desangra gota a gota, me absorbe el aura. Ambos sabemos que la diferencia está en que ahora hay mucho en juego. El miedo a perder el tren de mi destino me está costando a mí misma.

Y es que ahora mismo, sé lo que debe sentir un preso inocente ante el corredor de la muerte. La impotencia de no poder demostrar que sólo erraste por no querer hacer daño, el no poder hacer ver que estás pagando la condena que ni siquiera has merecido. Y sólo te queda el jurar y las promesas, que de poco valen si nadie cree en ti.

"Yo me lo he buscado."
Puede.

Es tan difícil confiar en ti, que ni siquiera tú misma lo haces. No puedes ni mantenerle la mirada a quien te juzga, no por culpable, sino por miedo a que el reflejo en esos ojos decepcionados sea lo último que veas. No sabes qué pasará mañana, quizá estén afilando la guillotina, quizá te espere una nueva oportunidad. No te queda más que la esperanza y la confianza que una vez depositaste en la Justicia.




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Racha difícil. Complicada. ¿Imposible? Quiero pensar que no, y que mañana brillará el sol con más fuerza.
¿Por qué me hicieron así de estúpida?

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Eres lo único que me importa en la vida.
TE AMO.

martes, 5 de julio de 2011

Titúlame


Canción sonando: I know it's over - The Smiths
Tiempo: Está anocheciendo, nublado, con algún rayo de sol escondido tras las traviesas nubes.
Estado anímico: No lo sé. Un punto intermedio entre estar jodidamente mal e increíblemente bien, pero no es regular. Creo que es algo peor. Desgana, quizás.
Ambiente: Cargado. Electricidad estática por doquier. Parece como si la olla exprés estuviese a punto de explotar.
Otros datos: Le echo de menos, mucho. Ah, y cansa no ser quien quiero ser.



Le echo de menos. Ya, ya sé que lo he dicho antes, pero sigo con la esperanza de que tanto repetirlo quite algo de presión a mi corazón. Corazón que sigue latiendo, pero debe hacerlo en voz baja, porque si no... Si no, creo que se desangraría de tan estrujado que está.

Me gusta madrugar, pero luego me sobran horas. El aburrimiento no es piadoso y me arrastra a la apatía y a la pereza. Tanto que duele, da rabia. Y aquí estoy, tirada en la silla de mala manera, contando los segundos que quedan para hablar con él.

Por otro lado, me gustaría parar el tiempo. Dios. ¿Cómo se puede mascar tanta tensión en tan poco espacio? No hay nada que intentar, porque no encuentro ni un ápice de interés en seguir procurando contentar a todo el mundo. Este afán del ser humano de complicar la vida es algo que nunca entenderé.

¿Algo que decir? Todos pedimos libertad, respeto, pero luego no sabemos aceptar sin más las decisiones de los demás. ¿De qué sirve la mayoría de edad? ¿De qué sirve que te digan constantemente que debes ser tú misma? Si luego, un día cualquiera, te das cuenta de que no tienes nada que ver con quienes has compartido tanto y que, en ese momento, sólo tenéis en común el puto café que acabáis de pedir.

Será que evolucionamos y, cuando quieres darte cuenta todos se van, se baja el telón y empieza una nueva función. Quizás es que ahora es cuando tienes que dejar atrás todo lo que no te haga feliz, sin pensar en las consecuencias.

Y que alguien me explique qué tiene de malo elegirle a él.


Canción sonando: Please, please, please, let me get what I want - The Smiths
Tiempo: Apenas queda luz, excepto la de la luna.
Estado anímico: Deseando que vuelva mi verano perfecto, ése que me han arrebatado porque sí.
Ambiente: Y qué más dará eso.
Otros datos: Le echo de menos. Pero más que antes.

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Escribir o morir. Respirar o ahogarme. No hay más.

¡Te deseo, te siento, te necesito, te hago el amor, te espero, te abrazo, te beso, te río, te canto, te duermo!
(vamos, que te quiero aquí conmigo)

jueves, 23 de junio de 2011

Ya no me da miedo llorar con la puerta abierta


Ya no me da miedo llorar con la puerta abierta, simplemente porque todo el mundo ha sido espectador de mi llanto ahogado, de lágrimas de felicidad o de impotencia. Y ahora que saben cómo me llego a sentir, ¿para qué voy a seguir engañándome? Me da miedo afirmar o desmentir si estoy bien o mal, simplemente creo que a ratos no estoy. Me castigo, oh, ya creo que lo hago, pero de poco sirve si a los dos días se me olvida que estoy viva y todo lo que tengo. Y pienso, me machaco, me lo incrusto en el cerebro, quitándome el derecho de merecerme la más ínfima de las cosas que me... ¿pertenecen? Nadie está obligado a estar a mi lado y aún lo están. "Te adoran". Me adoran. Me quieren y les gusta que esté en sus vidas. ¿Acaso somos conscientes al 100% de lo que eso significa? El orgullo me nubla la vista y empiezan los chubascos en mis pestañas.

Parece que no pueda sentirme bien. No me siento bien cuando soy una idiota desagradecida, pero tampoco cuando me doy cuenta de todo lo que tengo, porque me doy cuenta de cuánto he desaprovechado el tiempo, de que no todos estaremos hasta el día en que muramos. Ni yo ni él ni ellos. Y hay que amar por encima de todo. No todo se resume en sexo, en pasar de lo establecido, se trata de que cuando mueras puedas sonreír por haber disfrutado plenamente de tus días, haber hecho partícipes a todos los tuyos de cuánto los quieres. Y si ellos supieran todo esto... Pero es demasiado difícil sincerarse a estas alturas.

La luna se refleja en mi cara, otra noche más. Nívea, llena de esperanza, me promete que aún estoy a tiempo de ser quien realmente quiero ser, de intentarlo una vez más.
Quizás es que estoy más bajo tierra de lo que creía, pero siempre habrá una mano en la que agarrarse.

Es tiempo de cambiar.
¿Por qué cambiar la canción? Me gusta esta banda sonora. Y no, no digas que es triste, porque no es así. Es... sentimental, ñoña, sí, bueno, ya me conoces, pero está cargada de emociones, de estar rota por dentro pero empezar a recomponer tus piezas. Está llena de nuevas oportunidades. Y, sobre todo, está llena de perdón a uno mismo.

Para que los demás te perdonen, empieza por perdonarte tú mismo.

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Noche complicada, llena de lágrimas, confesiones y dolor de cabeza. Pero aún así lo necesitabas. Saca toda la mierda que llevas dentro y recíclate. Respira lentamente, deja que se encharquen tus pulmones de desengaño y expúlsalo por la nariz, convirtiéndolo en perfume de esperanza. Una nueva fragancia que inundará tus días a partir de hoy. No más tormentas, deja que el sol aparezca una vez más.

http://www.youtube.com/watch?v=gMfP4Ps_M8c&feature=player_embedded
No podía ser otra :)

Y a ti... ¿qué te digo? Joder, las gracias se quedan absolutamente de lado, porque necesito más de tres vidas y media para darte lo que mereces.
Te amo, siempre, cariño.

sábado, 18 de junio de 2011

The beast you've made of me

Odias el verano. Odias el calor. Odias los insectos. Odias no poder dormir. Odias marearte cada vez que sales a la calle. Odias las palpitaciones. Odias comer. Odias la ropa minúscula y ajustada. Odias los bikinis.
La apatía se mezcló con el asco y entonces nació tu nuevo yo. Bienvenida, Olga, al infierno más utópico. Bienvenida al trueque de la belleza.
Es sencillo: tú no comes, tú te mientes y mientes a los demás, tú vomitas, tú te odias, tú te mueres; y nosotros te daremos lo que los demás quieren que seas. No leas la letra pequeña, no te interesa. Los daños colaterales te serán indiferentes cuando estés en la tumba.



Y aún así, aceptas sin más. Tus lágrimas distorsionan la visión que tienes de ti misma.
Gorda. Sebosa. Foca. Das asco. Muérete.



Primer día.

Te encuentras radiante, alegre, pero, sobre todo, FUERTE.
Desayunaré por el camino, mamá. ¡Llego tarde!


Lo tiras en la primera papelera que encuentras.
En las clases estás de mejor humor. Y crees sentirte incluso superior a todos los demás. Es tu secreto y no saldrá de tu estómago.
Recreo.

- ¿No almuerzas, Olga?
- Es que con las prisas me lo he dejado en casa.
- ¿Quieres del mío?
- No, gracias, no tengo hambre.

Vas a casa corriendo. Todo el deporte que puedas hacer te beneficiará.

- ¡Olga, a comer!

Tu corazón se pone a quinientos por hora, te va a estallar. Un nudo en la garganta y sudores.

- ... Voy.

La fuente estaba rebosante de carne de cerdo, salsa de pimienta y patatas fritas. Se te hacía la boca agua de sólo olerlo, así que necesitabas una nueva técnica para no parecer una cerda en busca de cualquier trozo de comida, como tus padres o tu hermano.

Calorías. Cuenta calorías, suma, multiplica, exagera.

- Mamá, yo no quiero comer, no me apetece.
- Tienes que comer, aunque sea poco.
- Bueno, está bien, pero poco.

Música del móvil, puerta cerrada con pestillo, pelo recogido, mucha agua en tu estómago y los dedos mojados. La primera arcada te asusta: no esperabas algo así.
Acabas y te sientes bien, muy bien.
Sólo tienes que seguir así.





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Volvió Olga. Hace tiempo escribí sobre ella y he pensado que voy a seguir su historia, al menos, unas cuantas veces más.

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Music: Howl - Florence and the machine
Cosmic Love - Florence and the machine

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¡Te quiero, cariño!:)
TSSSSSSSSSSSSSSSP!

martes, 24 de mayo de 2011

Llámalo como más te guste


Siempre encontramos el mismo debate: ¿duele o no duele el amor?
No puedo afirmar ni desmentir, ni siquiera estoy segura de la respuesta que me atrevo a dar.
Todo me duele cuando no estoy contigo, aún teniéndote. Confirmas tu amor a distancia de cien formas diferentes, pero a mí me sigue doliendo, muy adentro. Me resquebrajo de pies a cabeza, de corazón a cerebro, de alma a cuerpo, y me sumo en la tristeza de mis pupilas, ese pozo negro que parece no tener otro fin que el mismo mar de lágrimas. Y aunque sé que tú estás ahí, prendiendo en mi corazón, me siento tan vacía que no encuentro más placer que el de empezar a destruirme de nuevo. Te amo, te amo como nunca pero como siempre. Te amo de tal manera que vuelvo a romper a llorar. Lloro por todos los años sin ti, por todos aquellos que quiero seguir contigo y no hay nada que me dé la seguridad de saber que estarás para mí, aquí. Lloro porque no puedo abrazarte en este mismo instante, no puedo dejar que tus labios se paseen por cada poro, cada pieza de mi puzzle, cada rincón, cada placentero susurro de que quiero más de ti. Lloro porque te echo tanto de menos que sería capaz de suicidarme, si supiese que estás al otro lado y que no te irías nunca. Lloro porque amo, y será que el amor duele.
Pero he de decirte algo. No duele tanto como no amar. Esta enajenación mental no transitoria me quema las entrañas. Es su calor el que activa cada nervio, cada sensación, cada sentido de mi persona. Y no podían ser menos las ganas de reír. Carcajadas que se pierden entre las sábanas y tus caricias. Cosquillas. Reír sólo porque te ríes, por verte feliz, vernos felices. Completarme, llenarme, inundarme de besos y hacer del sexo la forma más humana de decir un te quiero. Y ésa es única. Te aseguro que nadie más podría desearte con tantas ganas, tanta fuerza e inocencia. Resumir mi mundo en tantas letras como tiene tu nombre. Mi clima es la temperatura de tu piel. Mi tiempo es lo que tú vivas. Mi muerte es lo que tú sufras. Me llaman loca por todo esto, por dedicarme a ti. Me tachan de idiota por tenerte como religión. Pero llego a un punto en el que no me importa nada de eso, porque me hace feliz. Con tus cálidas manos tapas mis oídos, mientras tu lengua recorre mi cuello. Y la luz se apaga con todo lo demás. No existe más que tu cuerpo y el mío. Una lucha frente a frente. Y no importa quién caiga antes en esta batalla carnal, siempre ganamos. Ganamos amor. Ganamos, amor.

¿Ves? No puedo. Me es imposible situarme. No sé si duele o no. Ahora mismo tengo un remolino de ideas que no me dejan pararme a pensar y ser objetiva. Sé que eres lo que me hace más feliz en todo el universo, sé que si sonrío, en por ti, sé que si lloro, es porque a veces estás lejos, sé que si sufro, es porque algo me ha dolido, algo que me importa, y en mi vida poco más cabe que no seas tú.
Sólo puedo afirmar que dentro de la felicidad debe haber algo de sufrimiento. Es un dar y recibir. Se complementan. Se llenan.

Tanto para decirte que, simplemente, pido que no te vayas nunca de mi vida. Ya sabes, no me gusta la idea de morir.


·····

Songspiration:
http://www.youtube.com/watch?v=PPg9l0st_lk&feature=player_embedded#at=77

"Que sin ti todo se vuelve gris
Las sabanas me arañan
La almohada te echa en falta

Porque sin ti la gente me pregunta
En que día morí y yo les respondo
Desde que decidiste irte de aquí

Que sin ti las sombras que me inundan
Dan más miedo que nunca
Los monstruos me perturban"

Preciosa. Gracias, Carmen, por el descubrimiento :D
¡Te quiero!

········

Y este texto no podría ir por otra persona que no fueras tú. Lo que despiertas en mí cada día renace cada noche, me da fuerzas.
Gracias por ser mi apoyo. Significas demasiado para mí.
TÉSEPE <3

martes, 3 de mayo de 2011

Nunca somos ganadores


El suelo del dormitorio empezó a temblar. Dos de los cuadros de las paredes se descolgaron y cayeron al suelo, quebrándose el cristal. Los 10 metros que nos separaban ahora parecían continentes. Ya no podía sentir tu calor, tan sólo mi sangre helándose por el miedo. Mi corazón se escabullía entre tanto escalofrío y temblores, y tus ojos parecían querer decirme algo en un idioma que aún desconocía. El suelo se había derretido, convirtiéndose en lava, por el calor infernal que inundaba la habitación, y cada uno de nosotros estábamos aislados en sitios diferentes sin poder avanzar ni retroceder. Parecía el fin. Otro fin, de tantos.
A pesar de todo, sabíamos lo que estaba pasando: otra vez nuestros monstruos. Salían de nuestro interior sin apenas darnos cuenta, sacando lo peor de nosotros. Egoístas e irracionales, controlaban nuestro cuerpo y nuestra mente. Parecían imposibles de controlar. Cada paso, cada palabra, cada grito y cada lágrima los hacían más fuertes. Se alimentaban del odio y la rabia que escondemos bajo la cama cada noche, con la esperanza de un nuevo amanecer, apacible y tranquilo. Y es que nunca nadie nos dijo contra qué nos íbamos a enfrentar. Las promesas de una vida sin complicaciones, de no pensar en las consecuencias, teniendo como reina a la Indiferencia, no son más que mentiras de la propia Inocencia.
No te das cuenta de que debes luchar contra ti mismo hasta que te conoces de verdad. Tocando el suelo y hundiéndome en el volcán de mis emociones incubé al monstruo que llevo en mi interior. Todo el miedo a perder lo que amamos y a no conseguir lo que tanto ansiamos es el elixir de la vida para él.
- ¡No! ¡¡No!! -gritaste al borde de las lágrimas.- No sé cómo parar esto, ¡no puedo!
- Joder, joder... Tranquilo. Espera. No es la primera vez que pasa, ¿vale? Siempre hay alguna forma de volver a la realidad -intenté calmarte.

Nos abrasaba la cara el fuego y el hedor del lugar se incrustaba en nuestros cinco sentidos, impidiéndonos pensar. Estaban cerca, demasiado cerca. El lugar del combate parecía sacado de la mente retorcida de algún psicópata. Tú y yo, atados de pies y manos con cadenas, esposados, yo a la cama y tú a la pared, en plataformas giratorias diferentes. Ni siquiera podías encontrarte con mi mirada.
Y allí estaban. Gigantes, deformes, con picos y colmillos, con lanzas y sin escudos. Volviéndose locos por matarse. Nuestro odio reencarnado en bestias.

A partir de ahora, sólo recuerdo humo, gritos, dolor, sufrimiento, fuego, quemaduras de tercer grado por todo nuestro interior, y lágrimas que casi fueron capaces de apagar el volcán de ese infierno. Todo un mundo que creamos tú y yo inconscientemente, el planeta del sufrimiento donde dejamos de ser quien somos, donde dejamos de pensar en lo que creemos, donde olvidamos por qué estamos aquí, juntos.
Y a pesar de no poder vernos, sabíamos que todas esas calamidades no son más que locuras que realmente no pasan por nuestra mente, aunque sí por nuestra boca.

El momento en el que llegan las heridas profundas, es cuando empieza a emborronarse todo. Una nebulosa cubre todo nuestro cielo y nuestro infierno. Creemos estar en el fin del mundo y no es más que un nuevo renacer. Cuando todo se apaga sólo quedamos tú y yo, presos de la tensión y el agotamiento. Dolidos y derrotados, nunca, absolutamente nunca ganadores.

- ¿Por qué? -susurré.
- No aprendemos a librarnos de este horror -me explicaste cabizbajo.
- Lo sien...
- Chst. Calla. Basta ya. No quiero tener que escuchar ni decir nunca más eso -estabas dolido y ni siquiera tus ojos cristalinos podían expresar cuánto.
- ¿Qué hacemos, entonces?
- No lo sé. Pero esto no está bien. Míranos. Estamos hechos polvo por dentro y por fuera.
- ¿Y qué tal si arrancamos nuestro falso odio y nuestro rencor? Para mí todo está caducado. No tiene sentido. No tiene vida, y nunca la tuvo - se hizo un silencio incómodo. No contestabas. Se me helaron los huesos.- Yo... tengo mucho miedo a esas bestias -dije entre lágrimas, mientras caía abatida al suelo.
- Puede que a veces controlen nuestra mente, pero siempre podemos contraatacar con el corazón.

Nos miramos, y tus ojos me abrasaron el corazón, como era costumbre en nosotros. Todo había vuelto a la rutina, la dulce rutina que tanto anhelábamos en luchas sin sentido como ésas.
- No sé si hace falta decirlo, pero... -volví a hablar y volviste a interrumpir.
- No hace falta. Lo sé, y yo a ti también. Ven aquí -me abrazaste con tanta fuerza que creí escuchar crujir mi alma.

Pero no fue más que mi parte humana y frágil, mis huesos que no son más que polvo cuando creo perderte. No sabes cuánto odio ser así de débil y caer en mi otro yo, en la bestia que parece desgarrarme cuando menos me lo espero. Pero mi corazón y mi alma puedo asegurarte que son absolutamente tuyas, independientemente de mi estado, del tiempo, del dolor. En ellos sólo hay un hueco, y sabes perfectamente quién es el dueño.


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Viva la banda sonora de Sherlock Holmes xD

Te quiero muchísimo :)
Ya sabes, Everything, always, PERFECT <3

lunes, 11 de abril de 2011

L'amour


Duermes.
Tu respiración es suave, pura, me resulta incluso infantil.
Sonrío.
Seguramente nunca te lo he dicho, pero me encanta verte así.
Cambio.
Esta vez mi cara refleja algo más que la simple satisfacción de verte vivir, conmigo, al lado. Ahora mi cara se transforma en un sinfín de emociones y sentimientos, los de cada día, quizás.
Ojos de cristal entornados.
Muestran la ternura que me haces padecer. Se mezclan con la necesidad de tenerte y no perderte. Acaba en una pizca de tristeza por el miedo a que algún día me faltes.
Media sonrisa + hoyuelo.
No es más que la calidez del momento. Me vas a abrasar el corazón.
Suspiro.
Quizás sea que me rindo a tus pies una vez más. Me puedes.
Te beso suavemente la mejilla.
Te deseo los mejores sueños que puedas tener, te prometo las mejores noches. Puedo asegurarte que estaré a tu lado tanto tiempo como tú me dejes y hacerte sentir que soy absolutamente tuya. Pero hay ciertas cosas que no hay más manera de demostrarte que pasar la vida contigo. No es cosa de palabras o besos, ni siquiera los actos de dos años, es algo de toda la vida, de todo el tiempo que pase contigo. La totalidad de mis actos, mi palabras, mis sentimientos. Te habrás cansado de contarlos ya, pero sólo te pido que te esperes a ver el final, dentro de milenios, que saques cuentas, prometo que te asombrarás de cuánto, de cómo, de dónde, de qué.

Acabas de despertar.
Sigo sin poder explicarme cómo he podido hallar un ángel como .


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Singspiration ♫.
http://www.youtube.com/watch?v=N89Md8k6XXk

Sobran las palabras.
Ah, l'amour ♥.

sábado, 2 de abril de 2011

Qué fácil es decirlo


En días así desearía ser un bebé. Sin preocupaciones, todo el mundo te atiende, gustas a todos y no sientes esa necesidad de replantearte cada cinco minutos si te gustas a ti misma. Sería regordeta y, aún así, la cosa más adorable del mundo. Si lloro, enseguida vendrían a intentar sacarme una sonrisa. Y la comida no sería más que una de las infinitas delicias de mi vida.
Pero, cuando creces (y más en estos tiempos), es difícil quererte. Y sé que grito y afirmo que lo importante no es el físico, sino el interior. Que, quien te quiera, te querrá con unos kilos más o unos kilos de menos. Pero no sé aplicarme el mismo puñetero consejo que doy a todo el mundo. ¿Seré una hipócrita o quizás es que estoy enferma? Aunque han pasado años del desastre, aún sigue ahí, y mi mente lucha contra él cada día para no caer, perder. Pero siempre está la misma vocecita que sale de mi interior para recordarme cuánto me odia el espejo. Y lo que más me duele no es eso, si no el sentimiento de inferioridad que se ha incrustado entre mis neuronas. El miedo a no ser digna de todo lo que tengo, por una razón tan absurda como es el peso. Suena irónico por ser quien soy, por saber lo que sé y por tener lo que tengo, pero decir que estoy bien no sería más que otra mentira más.

Y no me atrevo a decirlo, a afirmarlo delante de nadie.
Todo es tan típico que suena repetitivo, aburrido y, sobre todo, falso. Quizás sea mejor que nadie me crea, así no preocupo de más ni tengo que soportar los mismos sermones de cada día, los que me sé de memoria.
"Eres tonta".
Tonta... No sabes lo imbécil, tonta, gilipollas, idiota, y demás similares, que me siento cada día. No lo consigo del todo. Tengo la meta en mis narices, pero mis complejos y mi pasado me impiden dar el último sprint.
"Tú estás bien".
¿Qué es estar bien? Porque esta paranoia comienza a ser enfermiza. La impotencia de no poder hacer callar a mi mente para siempre me está costando mi amor propio, la autoestima que perdí, recuperé a medias, y que, ahora, comienza a marchitarse conforme avanza la nueva estación.
"No lo hagas".
Y posiblemente no lo haga, pero, por ahora, no me hace sentirme mejor. A manos de mi locura, soy una perdedora, que no se atreve a hacer lo que le apetece por los demás.

Es una pura manipuladora que ha plantado la semilla de su eco en mi cerebro, en mi vida, en mis ojos y mi corazón. Y puede que nunca más me vea bien.

Una de las cosas más duras es no poder confiar en nadie. Absolutamente nadie. No sabes si todo te lo dicen por decir o porque realmente lo piensan. Me asusta tener una imagen de mí tan supuestamente equívoca.

Lo único que me da fuerzas es su sonrisa y saber que realmente me quiere por lo que soy, no por cómo soy. Y el amarle tanto es lo que me mantiene fuerte para decir "no" a ese maldito recuerdo que no me deja vivir.

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Me encantaría poder disfrutar de la vida más a menudo sin arrepentirme después.
Apatía general, ¡yupi!

Te quiero, cariño. Lo creas o no, eres lo más importante de mi vida.

miércoles, 30 de marzo de 2011


Apenas queda luz en el salón, pero no pienso levantarme a encender la lámpara. Me reclino en el conocido sillón. Está desgastado, viejo e incluso descosido por algunos bordes. El cuero marrón fue perdiendo su fuerza, al igual que nuestra pasión. Me gustaba mucho la sensación de despegar mi piel del sillón, después de haber sudado encima tuya, desnudos, en cada polvo donde el amor nos hacía. Sé que te volvía loco el verme cabalgarte, eufórica, loca por encontrar una pizca más de placer, hasta corrernos. Sí, corrernos. Lo mejor era llegar a la vez, estallar, fusionarnos y derretirnos, sudando, cansados, pero siempre con ganas de más. Creo que hemos mancillado cada rincón de esta casa y, sin duda, es el mejor recuerdo que podré llevarme de ella. Y me toco cada noche recordando las mejores veces, aquélla donde recorrí absolutamente cada rincón de tu cuerpo, maniatado, sin poder evitar lo que deseabas que pasase. O esa noche que no dormimos ni una puñetera hora, sólo por el ansia de comernos y follar. Y te lo hacía con tantas ganas porque siempre supe que te irías algún día. No me equivoqué, ¿eh? Me abandonaste en pleno orgasmo y ya no te he vuelto a ver. Pero, aunque hace bastante tiempo de ello, mentiría si dijese que no recuerdo cada centímetro de ti, la simetría de tus labios, la profundidad de cada gemido en mi oído. Y aquí me tienes, con las piernas abiertas, esperando a que entres por esa puerta, para darte una cálida bienvenida. No te lo mereces, claro que no, pero es demasiado difícil soportar esta situación, en la que mi felicidad depende de mis dedos. Y aún en tu ausencia me sigues derrotando, y me torturo tanto, que llorar después de cada corrida se ha convertido en mi rutina. Aún me pregunto si el error fue engancharnos demasiado el vicio, hasta que te puede, te deja y te rompe.


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¡Por fin tengo ordenador!
Este texto lo he salvado con muchísima suerte, ya que sólo me dio tiempo a guardar algunas fotos antes de que se escacharrase del todo -.-"
Menos mal que lo había pasado a mi chico por un privado para que me diese su visto bueno jaja :)
Un poco caliente el ambiente, ¿será la primavera?

sábado, 5 de marzo de 2011


Necesario... ¿Quieres saber qué es realmente necesario? Es algo por lo que me ahogo al callarlo, al encerrarlo en mi paladar. Y no significa que lo sienta menos, pero me da miedo que las palabras dejen de tener sentido y significado, que se borre el sentimiento que despierta y que deje de robar sonrisas. Que ya no me tiemblen las piernas si lo escucho o que tu piel no se erice al susurrártelo al oído. Que nuestro corazón no arda al recordarlo y se apodere de él la indiferencia. Pero lo que siento al verte es demasiado puro, es demasiado el miedo a que no estés, a que no lo sepas. Que lo olvides una sola milésima es más que suficiente para dejar de contenerme estas ganas de gritar. Y siento que me tiemblan las piernas, pero esta vez porque sé que voy a caer en este agujero, que no puedo evitarlo, no sé ser más fuerte. Y te miro, te siento o te imagino, y todas las razones que he conseguido amontonar para evitar hablar se van con tu brisa, como si de papeles tratase. Me sudan las manos y aún siguen siendo hielo. Me muerdo los labios, capaces sería de arrancarlos. Y ahí estás... quieto, mirándome, apacible, efímero. Y no sé si es este miedo a que desaparezcas a la de tres, pero te grito lo inevitable. Y no es más que un te quiero ahogado, pero un te quiero que nadie más ha llegado a sentir.
Pero, si algún día eso perdiese la credibilidad, no importa, inventaré las palabras que sean necesarias.

.......
El romanticismo se apodera de mí un sábado eterno.

viernes, 4 de marzo de 2011

Tú decides tu suerte.


- ¿Te sientes afortunado? - dijo, mientras expulsaba el humo por su boca. - Somos todos unos auténticos idiotas, -no me dio tiempo a responder - no valoramos una puta mierda de lo que tenemos, y después nos pasamos noches enteras llorando, sí, porque realmente sabemos que no tratamos a los demás como se merecerían. "Soy mala persona", "voy a perderla", "no debería ser así", "cambiaré"... Bah, seguro que te suenan esas chorradas, ¿me equivoco?
- No... para nada.
- Pero al día siguiente se te olvida todo, porque la noche se ha llevado tus verdaderos problemas para reemplazarlos por gilipolleces como que has tenido un mal día. Mal día... creo que pocos saben qué es realmente un mal día. Y, por mucho que nos joda cuando generalizan con nosotros, todos somos iguales, igual de imbéciles y egoístas. Parece que hoy en día, si no se es así, no somos 'normales'. Lloramos por todo, nos quejamos de todo, nos excusamos con cosas sin sentido como que se nos ha pegado la comida o se nos ha escapado el bus. Y todo porque para nosotros eso ya es un mal día. Es un mal día hasta que viene alguien que nos recuerda que hay personas que sí lo pasan realmente mal día a día, y no se quejan tanto, son más agradecidos y saben realmente qué merece la pena, todo porque tienen muy poco, y ese poco, es su tesoro. Y aquí nos ves, siendo millonarios y aún diciendo que pasamos frío y hambre, porque no nos vale nuestra comida ni abrigo, siempre queremos más, no nos basta, no hay límite para la avaricia.
- ¿Hay... remedio?
- ¿Remedio para qué?
- Para valorar mi tesoro.
- Puede, pero dudo que algún día lo sepamos: estamos demasiado acostumbrados a esto.

Apagó el cigarrillo consumido en el borde de la pared. Echó mano a su petaca y bebió un largo trago. La mueca que hizo a continuación indicaba que el whisky era fuerte.
- ¿Cuál es tu tesoro? -me atreví a preguntar.
- ¿Mi tesoro? - rió descosido- Mi tesoro se marchó hace tiempo, sólo me queda el tabaco y mi petaca.
- Era ella, ¿no?
- Era, tú lo has dicho. Que no te pase como a mí, que la perdí por pensar que la tenía. A estas alturas no puedes dar nada por sentenciado.

Parecía entristecido por recordar lo que tuvo pero no retuvo. Y yo me partía por dentro de pensar que algún día podría verme en la misma situación.

- ¿Por qué la perdiste?
- ¡¿Es que quieres hacerme retorcer del dolor, niñato?! - gritó, lleno de ira pero con cierto aire melancólico y depresivo.
- Yo... lo siento. Simplemente quería saber qué hacer, qué decir para no perderla.
- ¿Quieres saberlo? - su tono aún resultaba incómodo y hostil.
- Si no es demasiada molestia...
- Para empezar, ¿qué coño haces aquí? ¿Por qué no estás con ella? ¿Le has dicho hoy cuánto la quieres? No contestes, me atrevería a decir que no. Y sé que no me equivoco, al igual que tampoco has sido amable ni le has dicho lo guapa que está. No respetas su espacio pero tú sí necesitas el tuyo, y ella calla y asiente, todo por no perder su tesoro, el cual, permíteme decir, deja muchísimo que desear. Y deja de mirarme con esa cara de pasmado y reacciona. ¡Reacciona! - ambos estábamos a punto de explotar en lágrimas. - ¡Vete de una puta vez a verla! O se irá... - explotó, y las pintas de tío duro que se daba, se vieron truncadas de golpe por las lágrimas borrachas de sus ojos.
- Gracias...

Eso fue lo único que me dio tiempo a decir antes de echar a correr de ese antro, del que no recordaba ni cómo había llegado, ni por qué, sólo por qué me fui. Y mientras me dirigía sin aliento a su casa, no paraba de torturarme pensando en si sería demasiado tarde. Ella me quería, eso estaba claro, pero también miraba por su felicidad.


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Reflexiones y más reflexiones. Estos días "especiales" son horriblemente horribles. Definitivamente los odio, hacía tiempo que no me sentía tan mal.
http://www.flickr.com/photos/cruzankh

miércoles, 2 de marzo de 2011

El suplicio de comer


Eran las ocho de la tarde, y la luz empezaba a teñirse de un color naranja pastel. Se filtraba por las cortinas de rejillas del despacho y marcaba fuertemente las curvas huesudas del rostro de Olga.

- He perdido la cuenta de las calorías que llevo hoy y eso me hace estar muy nerviosa. - Se retorcía las manos por la ansiedad. - El humor de perros de cada día no es nada comparado con mi ánimo hoy: he contestado mal a mi madre y a mi hermano, pero creo que tenía motivos, ¡querían hacerme comer! ¿A quién se le ocurre? Comer...¿por qué tengo que comer? ¡No quiero comer! ¡Soy una foca de mierda y no quiero comer! - Se venía abajo y, con su ánimo, su voz. - Necesito adelgazar si quiero llegar a ser algo en la vida...

- ¿De verdad crees que eso es motivo para contestarles mal?
- Sí. Yo no les obligo a ellos a que hagan nada que no quieren.
- Pero sabes perfectamente que están muy preocupados por ti.
- Yo no pido a nadie que se preocupe por mí - dijo cabizbaja-.

Llevaban seis meses de terapia que podían dividirse en etapas. En la primera, Olga no quiso hablar durante casi un mes entero; se limitaba a asentir y negar con la cabeza, o, en su defecto, a guardar silencio hasta que hubiese algo mejor que preguntar. En la siguiente etapa, traía escrito en una pequeña agenda lo que le pasaba en el día o sus problemas y temores. Fue en la tercera cuando empezó a hablar, aunque lloraba más que contaba; se sentía tan desprotegida e incomprendida que era pura ansiedad.

Para Pedro era muy difícil ponerse en la piel (y huesos) de una chica de dieciséis años. Le costaba entender sus preocupaciones y complejos, pero, fuese como fuese, debía ayudarla. No sabían exactamente cuánto tiempo llevaba Olga con ese plan de "adelgazamiento masivo", pero, en el último año y medio, había perdido la friolera de catorce kilos. No sería mucho para alguien obeso, pero ella medía 1.70 y, antes de su trastorno alimenticio, pesaba alrededor de 65 kilos. Ahora era un saco de huesos de mirada perdida.

Lo que más molestaba a Pedro es la facilidad de caer en manos de la anorexia. Sabía perfectamente que la presión que ejerce la sociedad en el físico es enfermiza, pero no lograba entender en qué punto clave la mente empieza a fallarnos y a decir "¿por qué no probar?". Lo que empieza como un juego a esa joven le estaba costando la vida. Publicidad, moda, televisión, relaciones personales, pubertad, problemas rutinarios... Esas eran algunas de las pocas razones que le venían a la cabeza al joven psicólogo.

Cuando se quiso dar cuenta, se había sumido tanto en sus pensamientos que la chica miraba esperando alguna pregunta o contestación a sus últimas palabras.

- Perdona, - dijo, colocándose bien las gafas - así que piensas que no deberían preocuparse por ti, ¿no?
- Sí...
- Olga, mírame, - Se inclinó hacia ella. - mírame a los ojos. - Olga se sonrojó al reflejarse en los azulados ojos de Pedro, es un chico bastante atractivo. -Quiero ayudarte, ¿sabes? Y sé que no es fácil ni para ti ni para mí, pero quiero que entiendas algo. Tú no eres más que una víctima más de todo lo que nos rodea. No necesitas adelgazar más, porque, si sigues así, te vas a morir, y allí no podrás deshacer lo inevitable y revivir, no hay marcha atrás, ¿entiendes? Y tu madre, tu familia en general, y tus amigos no pueden dejar de preocuparse por ti. Ninguno puede lograr entenderte, porque es imposible hasta que no sufres en tu piel la enfermedad. -Olga puso cara de sorprendida al escuchar la palabra "enfermedad". - Sí, no me mires así, es una enfermedad, has caído en ella sin apenas darte cuenta, pero puedes curarte. Llevamos medio año ya y apenas he conseguido nada, porque no quieres confiar en mí. Y puede que en Internet te digan lo bonito que es estar en los huesos y veas a esas modelos supuestamente perfectas, pero el físico no es eterno, ¿sabes? Y no debes creerte nada que escuches fuera. Tú debes ser tú, en el fondo sólo nos tenemos a nosotros mismos, y confiar en ti, quererte, esa es la clave para llegar a algo en la vida. Que no te mareen y engañen, Olga, aquí lo importante es vivir. ¿Y acaso no eras más feliz antes? No tenías el suplicio de no comer, podías divertirte con tus amigos, eras risueña y simpática con los demás, cariñosa con los tuyos, sacabas buenas notas, ¿qué más quieres? Y, sinceramente... físicamente estabas mucho mejor antes de empezar este infierno.

Ambos se sonrojaron ante el último comentario. Las mejillas al rojo vivo de Olga podrían haber desprendido vapor al chocar sus lágrimas con la temperatura. Ella ya sabía todo lo que Pedro le acaba de decir, pero no sabía cómo salir de esto. No sabía si realmente quería, porque se odiaba a sí misma, se daba asco. Aún viendo que estás por debajo de tu peso ideal según el IMC, aún habiendo bajado a tallas minúsculas, aún clavándote tus propios huesos con cada movimiento y haber estado cuatro veces en el hospital, ella se veía terriblemente gorda. Y puede que sólo quisiese ser feliz y se había perdido en el camino. Estaba dispuesta a salir de ello, pero todo el mundo sabía que no iba a ser fácil. Las garras de la anorexia se cobran muchísimas vidas al año, y no quería que la suya fuese una de esas. Y mientras se prometía a sí misma miles de cosas, se encogía las rodillas en el sillón rojo de cada martes, jueves y viernes por la tarde.

- ¿Podré superarlo? -consiguió decir.
- Estoy seguro de que sí, confía en mí.

La mano cálida de Pedro la hizo sentir mejor, viva.



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La inspiración me ha venido por un camino no me gusta especialmente, pero lo que he visto esta tarde en Flick me ha helado la sangre, y supongo que debía exteriorizarlo.
No es fácil intentar plasmar algo así, porque no he llegado a ese punto por muchos complejos que pueda tener, pero sí que he vivido algún caso cercano y se pasa realmente mal viendo a alguien consumirse de esa forma.
En fain, aquí dejo mi flick: http://www.flickr.com/photos/cruzankh

:)

domingo, 27 de febrero de 2011

Ansias de libertad


El viento choca con tu cara, al igual que el mar en las rocas. Para que luego digan que el dolor no te hace recordar que estás viva. Te preguntas por qué el tiempo está tan revuelto y los árboles parecen gritar de dolor. Se zarandean. Y comienzas a bailar con ellos. Cuando cierras los ojos no puedes ver más que dedos señalándote, acusándote, juzgándote. Te duele, porque estás viva. "Pero no merece tanta atención, ¿verdad?". Las dudas boicotean tu mente y la taquicardia brota en tu interior. La certeza de que has hecho daño y no lo pretendías; el miedo a haberte equivocado. Pero la tormenta que ha nacido en el fondo de tu ego siempre se serena con el tacto. Una mano caliente se posa en tu hombro. Una palabra de apoyo sobre tu oído. Las ganas de conseguir lo que se quiere. Todo ello es más importante, porque no siempre la felicidad viene de la mano de lo correcto, y la vida es demasiado corta como para castigarte más por el pasado. "Confía en ti", se convirtió en tu lema.

Y, de pronto, comienzas a entenderlo algo mejor.
- Puede que aquí el viento parezca furioso porque, a mil kilómetros de mí, alguien ha desplegado sus alas.


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La fotografía es de hoy mismo. Mi preciada cruz ankh sobre mi tatuaje. En serio, cuanto más lo veo, más me gusta. Soy yo plasmada en un tatuaje. Cómo me alegro de habérmelo hecho.

lunes, 21 de febrero de 2011

¿Te consideras digno?


¿No crees que es demasiado fácil juzgar sin saber? No pido que compartas opiniones, ni siquiera que me apoyes, simplemente que me escuches. Las puñaladas por detrás ya me aburren. Te quejas del mundo, criticas cada cosa que no te gusta, sin darte cuenta de que tú no eres más las sobras de lo que siempre odiaste.
Mi camino se torció (y de qué manera), y quizás mis decisiones no fueron las más adecuadas y metódicas, pero tampoco ha sido fácil. ¿Crees que no me duele? ¿Que no me sentí como una auténtica hija de puta en varias ocasiones? No, claro que no lo crees. La generalización es tu mejor arma, y no te importa utilizarla mezclada con ignorancia.
No necesito que el mundo me venere, bastante tengo con vivir, pero me avergüenza que la gente, a la que un día admiré, ahora se dedique a señalarme con el dedo, por el simple hecho de querer intentarlo. Como si todos vosotros no os hubiéseis aventurado a jugar al azar, a intentar segundas oportunidades, ya sea perdiendo o ganando, error o acierto. Pero, como siempre, hay un tonto que vomita acusaciones ciegamente, y todo su rebaño irá detrás, escondiendo bajo sus pupilas sus propias experiencias cercanas a la mía, por miedo a empatizar y no estar de acuerdo, a ayudar a la víctima, a apoyar, a respetar.. Es sencillo dar la razón, ¿verdad?


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Uf, por fin. Me desahogué, aunque aún me quedan cosas por decir.
Últimamente han sucedido muchísimas cosas. Cosas que agradecer, y luego... esto. Pero, aún así, me resbala bastante. Total, sé que escribir esto no cambiará nada. Y la gente es demasiado orgullosa para admitir su equivocación.
Sólo puedo decir que mis decisiones son las que realizan el camino de MI vida, y tengo todo el derecho del mundo a intentarlo. Por ahora, estoy siendo muy feliz, y hacía demasiado que no me sentía tan bien.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Efímera


- Conozco cada uno de tus lunares. En tu pecho izquierdo tienes dos, separados por un centímetro que tantas veces he besado. En el derecho, uno roza tu pezón, pero no tanto como yo (imposible). Tu boca, (uf, tu boca) tan dominante como siempre, sentencia con otro en la parte izquierda, justo debajo de tu labio inferior. Seis me rodean junto a tus brazos, repartidos al azar mas simétricos. Creo que a Venus se le cayeron miles en tu espalda, marcando el camino a seguir hasta donde acaba su nombre. Y mi lengua se limita a escuchar su respiración entrecortada y sigue el rumbo de los de tu ombligo. He memorizado tus piernas de tal manera que no puedo sacarlas de mi mente. Me perdería en ellas a cada instante, ya lo sabes. Y, ¿qué me queda? Tu belleza más prohibida. Aquélla que finjo olvidar para que me la recuerdes diariamente. Dime, ¿cuántos lunares se esconden ahí? Sé que no vas a contestar, pero estás preciosa mientras duermes, desnuda, tanto que no aguanto las ganas de disfrutarte. Mis dedos se pierden por tu cuerpo, adivinando el dibujo que queda al unir tus puntos. Es alucinante ver cómo tu piel se eriza, respondiendo a mis caricias (amor, prometo darte tantas como pueda). ¿Te he dicho que no creo en los ángeles? La primera vez que te vi me lo tuve que replantear (siendo sinceros), pero no, tú no eres un ángel. Eres algo superior: ellos no tienen el poder de enloquecerme con su sexo. No sé dónde comenzó esto, cuándo ni por qué, pero, eres tan perfecta, que no te imagino envejeciendo, mortal. Dime que eres infinita, eterna, ahora que no me escuchas.

- Tuya, soy tuya.


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La vena romanticona vino fuerte :3
Skunk DF, aunque resulte extraño, tiene la culpa.

sábado, 12 de febrero de 2011

Feliz Estafa


Se acerca San Valentín, y te la pela. Es más, te molesta. Sí, coño, te molesta. Podrías pensar que es muy bonito ver tanto amor en el ambiente, pero es que... no es amor. No, no es amor verdadero. Es un amor plastificado, comercial, convenido. Sí que tienen ilusión en sus ojos, claro, por la curiosidad y el ansia de saber qué regalo van a obtener, si van a cenar en un sitio caro o si hoy toca hacer el amor. Y digo yo... ¿por qué hay que regalar expresamente hoy? ¿Qué sorpresa es ésa? Sabes (o eso esperas) tener algún regalo, que te encante. ¿Y si no te gusta? ¿Y si no te espera nada más que un día cualquiera? Y seguramente estés pensando: "esto es lo que diría la típica amargada que hoy no ha recibido ni cartas ni bombones, ni siquiera una rosa". Pues no, no he recibido nada de eso, ya ves. Pero sí más que tú. He obtenido lo de todos los días, ni más importante ni más pasteloso: lo mismo. Igual de alucinante y especial para mí. No me ha regalado una caja de bombones, pero sí he comido de sus labios. Al igual que no he tenido cartas llenas de corazones, mas he escuchado mil doscientas veces cuánto me quiere. Y, mira, eso ha sido, es y será mejor que cualquier otra cosa, hoy, mañana y cualquier día. Porque el amor no se da por sentado, el amor se debe merecer y demostrar cada día, no sólo un estúpido 14 de febrero. El amor, entendido como el de verdad, infinito e incondicional, no se muestra con cenas, ropa o anillos, sino con el día a día, con el trato, el afecto, el respeto, la libertad y el cariño. Y hacer el amor... joder, ¿por qué tiene que ser algo impuesto? Si de verdad quieres a esa persona te mueres por formar parte de ella de una manera tan pura. Cada día. No los findes, no en aniversarios. No hay fechas, hay momentos, hay ganas y pasión. Si hay, hay amor.

Prefiero que me amen los 364 días restantes. Y el amor de verdad, no tiene precio.



B.

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Hecho con todo mi cariño, y, sobre todo, sinceridad. Es algo que nunca entenderé.
http://www.youtube.com/watch?v=mvAn8PzM-c8

miércoles, 9 de febrero de 2011

Catorce vidas somos nosotros dos.

Me parece fantástico. Alucinante. Asombroso. Increíble. Sublime. Perfecto. Me recordaste que el chocolate sabe mejor de tu boca y que el aire que respiro sólo me llega si antes ha pasado por tus pulmones. Tengo mis seis sentidos calados desde ese día, donde volví a recuperar la esperanza. Y tus labios volvieron a fusionarse con los míos, para que nuestras almas se volvieran a recuperar de la caída. Agárrame, y no vuelvas a soltarme, que me hice tan etérea que soy capaz de desaparecer con un suspiro. Quizás no te des cuenta, pero en mi corazón no hace tanto frío, llegó la primavera, y con ella las alegrías en flor. ¿Notas el calor? Parece gritar cuánto te ha echado de menos. Pero no le hagas caso, ha sido muchísimo más.

¿Sabes qué? Me gustaría que el único enemigo que nos venciera fuese una muerte muy lejana, el tiempo, la vejez.

Se está tan a gusto viviendo sin miedo...

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A veces, cuando crees haber perdido algo, lo encuentras en el sitio menos esperado, en el momento más adecuado. Lo llaman suerte, yo, destino.

http://www.youtube.com/watch?v=31MRR418NHM
Cuánto tiempo sin escuchar Fito, aún siendo de mis preferidos.

domingo, 6 de febrero de 2011

Colócate la máscara, hoy toca luchar.


"Buenos días, princesa", te encantaría escuchar de sus labios esta mañana. Sin duda alguna, eso te daría las fuerzas que te faltan para levantarte hoy, y las que te sobran para llorar mañana. Mil y una vueltas en la cama, sin él, sin valor a levantar las mantas, con miedo a helarte en el intento. Pero llega un punto en el que te sientes realmente estúpida al pensar así. ¿Quién dijo que existieran los príncipes? Nadie te debe nada, o eso te gusta pensar. "Son menos las decepciones", piensas. Miras al techo y te pasan los últimos días por la mente, en forma de diapositivas. Examinas cada gesto, mirada, caricia, carcajada... Y sonríes. No quisieras sonreír, pero es lo que sientes. Ya no hay marcha atrás. Te puede costar caro pero, ¿y lo bien que duermes desde aquéllo? Abrazas la almohada, pensando en que es otro alguien no tan inerte. Y no puedes evitar imaginar los despertares de toda tu vida junto a él, mientras oyes un "buenos días, cariño", de tu padre a tu madre. Te emociona incluso, porque cosas así alimentan la llama esperanzadora de tu interior para creer en el amor verdadero, en el que es para siempre, independientemente de peleas insignificantes e insustanciales que no, no cambian absolutamente nada. Que después se mirarían arrepentidos y se fundirían en un beso que parece susurrar "lo siento, te quiero". Han pasado dos horas desde que abriste los ojos para dar la bienvenida a este soleado día, y puede que hoy no esté él para salvarte del mundo, pero te tienes a ti misma, imperfecta pero guapa, delante del espejo. Te queda la ilusión y esperanza de que tú puedes un poquito más. Sabes que a veces te toca ser la heroína de tu propia historia, y no te piensas rendir. Quizás la meta no sean sus labios ni su amor, pero el final sabrá a felicidad de haber conseguido ponerte la máscara y salir a retar al mundo. Si en el fondo lo sabes, él también ha pensado en ti, al menos un instante.

B.


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Es lo que hay, no puedo dejar de sonreír, aunque por dentro aún quede miedo.
La fotografía es de la sesión que hice ayer con Irina. Estuvo espectacular ;)
Y, por último, una canción a la que me he viciado y, cómo no, ha sido la inspiración.
http://www.youtube.com/watch?v=KR5zTOiK1OQ

viernes, 4 de febrero de 2011

Lo que nos falta es valor


Sospecho entender un poco más toda esta situación. A veces no nos atrevemos a girar del todo la cabeza para mirar al pasado, pero tampoco queremos (ni podemos) vivir sin él. Es algo que no queremos asumir, pues sería asumir el posible fracaso de haber querido olvidar. Olvido... el único olvido que existe es el involuntario, y algo que ha sido y es tan importante, siento decírtelo, pero, no se puede olvidar. Es más, si lo tachas de prohibido, será la mayor tentativa que puedas encontrarte en tu puta vida. Será por eso que me ahogo con y sin tu aire. Entonces, mejor ahógame en un abrazo o una caricia, yo seguiré esperando ese beso que no ocurrió. Y puede que se quede dentro de lo que pudo ser, lo que nunca sucedió, no por falta de querer, si no por falta de valor. Justamente es eso lo que no tenemos, valor. La valentía de mirarnos a los ojos y ser sinceros el uno con el otro, el valor de intentar lo que se quiere, luchar por ello. El valor que se pierde entre estos valiosos segundos que podrían pasar, de ser una tortura a medias, a una felicidad completa. El saber que conseguimos dar todo lo que prometimos, que llegamos a tener lo que siempre anhelamos, que recuperamos lo perdido. Y mi mano aún sigue ahí, esperando a que la cojas, para, por fin, poder salir de esta pesadilla, pasar de lo utópico a la realidad. Pero el valor es muy escaso y el miedo tan infinito...



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A veces el contacto es demasiado difícil de controlar. Las sensaciones, las emociones y los sentimientos son tan aleatorios y etéreos que te vas sin apenas darme cuenta, casi como volviste a aparecer. Sólo te pido que no juegues con la confusión...

martes, 1 de febrero de 2011

Nunca estuvo bien leer diarios ajenos


Hoy es 1 de febrero. Sólo escribo porque no puedo dormir. Otro día dulcemente horrible. Hemos vuelto a hablar durante horas, y a la vez que me relamo los labios por verle, estoy muy asustada. Parece que los planetas se alinearán y que algo va a ocurrir. Y yo aún no sé si quiero que eso pase. Por otro lado, el insomnio no se apiada de mí, esta noche me he dormido a las 5 de la mañana, a las 8 ya estaba ojiplática. No he podido dormirme, a pesar de haberme quedado para descansar el dolor de cabeza que me acecha durante días. Mi madre sabía perfectamente por qué me había levantado más tarde de lo habitual, y aún así me ha dejado como una vaga despreocupada delante de todos. Si qué más da... Ya son dieciocho años quedando como la típica pasota que no se preocupa de nadie, que no tengo aprecio a nada, dicen. Y quizás sea la única que realmente se preocupa por los demás. Ninguno sabe todo lo que llevo a mis espaldas, y todo lo que tengo que fingir para no preocupar, al fin y al cabo, la atención siempre es para los mismos. Lo que a mí me ocurra nunca tendrá importancia, "cosas de la edad", dicen... Ya, claro. Porque ver desde pequeña la depresión personificada en tu madre es fácil, y no poder estar mal porque no sería justo también es por la edad, ver cómo tu hermana no llega a fin de mes, cómo ha convertido su vida en algo que ella realmente no eligió. Que tu padre se encuentre con esas papeletas al llegar del trabajo, que lo pague contigo cuando realmente no tienes nada que ver, pero, aún así, asentir y sonreír, y amargarte una vez que estés sola, con la puerta trincada y la música alta. Será por eso que es mejor actuar, colocarte una falsa valentía como sonrisa, y adelante. Para ellos siempre seré lo mismo, ninguno se ha dignado a intentar conocerme. La única es mi hermana, y ya ves, la confianza no es mi punto fuerte. Me daría por llorar con sólo intentar explicarle alguno de mis problemas, no sé si es la culpabilidad de haber llegado al punto de ser desconocidos en las mismas cuatro paredes, pero ya me pasó lo mismo cuando se enteró de que me provocaba el vómito por darme asco a mí misma; tampoco apoyó la idea de llevarme a un psicólogo. En los peores momentos he estado más que sola aquí, no pueden pretender que confíe, si siempre me acaban fallando. No sé a qué viene esta reflexión, si es lo mismo de cada día. Será por intentar hacer la montaña más pequeña. Montaña... A la montaña me iría yo, y respirar, tan fuerte que se rompa el aire, aunque esta vez, si no respiro, es por no ahogarme. Intenta no respirar... Mañana más.


Y ahora aquí te ves, teniendo el tesoro más preciado de tu hermana entre manos y lágrimas. ¿Qué harás ahora? Si no finges que no sabes nada, ella posiblemente pierda la esperanza en poder confiar en ti, pero, si pasas de largo, posiblemente se ahogue en tanta mierda. Te sientes realmente mal. Tiene razón en todo. Sí que ha sido cabeza loca en algún momento, pero quizás era la reacción a sus problemas. Siempre te pareció tan pequeña... Se te ha escapado de las manos sin darte cuenta. Sabías que últimamente no le iba bien, y aún así no le tendiste tu mano. La impotencia te reclama en cuerpo y alma, no puedes hacer nada por ayudarla, no querrá saber de ti si se entera de esto. Desde un principio sabías que no estaba bien leer diarios ajenos, y aún así lo hiciste. Hay cosas que el humano no debería conocer, pero ya está hecho, y ahora tú también tendrás culpa de su ahogo, porque lo sabes, sabes que se marchita por dentro, y que no es como creíais todos. Puede que sea ella realmente la única que padece los problemas de los demás. Que aprecie, sí, os aprecia a todos, incluso más que lo que vosotros le habéis demostrado a ella. Nunca fueron peores tiempos.


B.

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La frase en negrita es de la canción Al respirar, de Vetusta Morla, la inspiración que me ha arrancado de los folios llenos de teoría porque no aguantaba más.
El texto tiene parte de realidad y parte de ficción. Cuando era pequeña, me leyeron mi diario. Dejé de escribir en él, incluso lo destruí. Pero he vuelto a retomar el boli nocturno, porque si no, la ansiedad me comería aún más. El insomnio, por desgracia, tampoco es ficción. No puedo dormir desde hace días, y el dolor de cabeza que le prosigue, me va a reventar las sienes. Sólo pienso en qué ocurrirá, sólo sueño cosas que no debería. La hostia puede ser grande, y tan sólo quedan 3 días.

Aquí dejo la canción. Estoy viciada.
http://www.youtube.com/watch?v=xM4Rldp9QWA

lunes, 31 de enero de 2011

Años luz


No recordaba tu voz, y no había cosa que me aterrase más que estremecerme al volverla a oír. Tampoco quería sentir tu calor, ni siquiera embadurnarme de tu perfume. Mucho menos, sentir tus manos sobre mi piel. Caricias, tacto. Que nunca colisionaran tus labios contra mí. Fricción verbal. Miradas que hacen recordar mejores tiempos, donde el diámetro de mi felicidad era indirectamente proporcional a la distancia que nos separaba. Éramos una sola alma, dividida en dos cuerpos. Y ahora todo esto vuelve como si de un huracán se tratase, y yo no tengo a qué aferrarme. Mi mente vuelve a jugármela, olvidando lo malo y recordando cada parte de tu cuerpo. Reviviendo momentos que pertenecen a ese pasado que tanto anhelé, y, para qué engañarnos, sigo anhelando. Pido perdón al mundo por ser tan débil, nunca confié en mis posibilidades. Al fin y al cabo, yo siempre he acabado manchada de barro por mi contrincante. No sé qué es peor, si que mi alma se despedace por no querer rendirse, si no tener fuerzas para seguir así, o si no saber si todo esto es realidad. Esta niebla no me deja ver qué hay más allá de las apariencias, y a ti dejé de entenderte hace años luz.

B.

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No hay más que eso. Es lo que ha salido, a pesar de no querer reconocerlo.

Singspiration: http://www.youtube.com/watch?v=IhiWrrSSmac

domingo, 30 de enero de 2011

Cruel tentación


Tentación:
(Del lat. temptatĭo, -ōnis).
1. f. Instigación o estímulo que induce el deseo de algo.
2. f. Persona, cosa o circunstancia que la provoca.
3. f. Rel. Solicitación al pecado inducida por el demonio.
caer alguien en la ~.
1. loc. verb. Dejarse vencer de ella.

A partir de esto podría decirse que tú eres la tentación, aunque preferiría llamarte pecado. Te empeñas en que el aire que corra entre nosotros sea imperceptible, a pesar de haber impuesto la distancia entre los dos. No sé qué pretendes, pero mis fuerzas aminoran con cada una de tus caricias. Es lamentable como simples actos, que incluso más de una vez repudié, ahora parecen poder con mi fuerza de voluntad. Te clasifiqué como prohibido y creo que es justamente eso lo que te hace tan apetecible. Pero no. No se puede ni debe. Sólo si supiese que el mundo finalizaría después del último beso que pudiera darte, lo haría, para no morir en el intento, evitar ensuciar mi conciencia de por vida y huir del arrepentimiento. Puede que me derrita cual glaciar, que arda en la hoguera del deseo, que muera de ganas, pero mi parte racional es alimentada cada día con simples recuerdos que me impiden caer en tus redes.


B.
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Creo que no hay nada más que decir. Cada vez entiendo menos las cosas, pero también me interesan menos (creo).

sábado, 29 de enero de 2011

Hoy el torrente de tu voz no es escuchado en ninguna parte


Es de esto que dices que no imaginas ni qué pasará mañana. Tantos cambios en tres segundos de tu vida, que ni el futuro más cercano te parece certero. Quisieras era garantía que te promete todo el mundo que te rodea de ser feliz. Y tú te la acabas creyendo... Como una imbécil te crees todo lo que ves, escuchas, sientes. Y sabes que casi todo es mentira. Que no vas a adelgazar por comprarte esos zapatos, no vas a ser una estrella del rock por ponerte tachuelas, ni siquiera vas a tener a alguien que te quiera toda tu puta vida por muchos "te quiero" que te dé. Y toda la sinceridad que desprende de tu corazón se queda grabada en la acera fría y dura de aquel viernes enclaustrado y sin sentido. De esos días que te replanteas el mundo y ves cómo todos están engañados. Cómo brillan sus ojos de ilusión y una pseudo felicidad que te dan arcadas. Arcadas por presentir el desengaño que se llevarán al ver cómo es la vida. Y tú ya has vomitado mentiras y verdades. Te produciste el vómito tantas veces que ya no distingues realidad de ficción. Y no te ves. Y ves que a los que llaman locos son los únicos que han aprendido qué es la vida. Y tú, boba y estúpida, con los ojos vendados sólo te permites decir "eso es mentira, la felicidad plena existe".
Las calles están frías, pero no por el invierno, no. Estamos a 19º, no es tanto. Es el corazón de las personas y su mente distorsionada la que hace que se te hielen los huesos.
Te congelas. Te ultracongelas. Estás helada. Estás viva. Estás muerta. Estás enamorada. Odias y amas. No estás. No está. No sabes quién hay. Qué existe. Y te pierdes en la bañera de tus ojos, y no puedes. Si te permites pensar, te hundes, si no, vivirás una mentira. Y aún sigues creyendo "esto se pasa con el tiempo", "tú eres más fuerte", "esto no merece la pena", "esto se olvida". Olvido... olvidada estás tú ante Cupido. ¿Quién dijo que sus flechas no dolían? Y te ha atravesado el corazón y el cerebro. Los labios te sangran. Las manos, heridas, te escuecen. Te arde todo el cuerpo mientras te tiemblan las extremidades. Y es que estás soñando y tu subconsciente no te deja en paz. Y no puedes descansar ni un segundo. Pero sigues sonriendo por alguna razón estúpida. Alguna razón que ni siquiera sabes si existe, si es verdadera, si te garantiza la felicidad. Pero es que todo esto te da igual. Hace tiempo que te diste cuenta que tiraste esas cosas que no merecen la pena al mar. Y las olas se lo llevaron tan lejos, que parecen no estar. Pero están.
Y cada suspiro trae de vuelta el mensaje de esa botella. Y te recuerda todo lo vivido. Y te dan ganas de que llueva más. El torrente de tu voz hoy no es escuchado en ninguna parte. Pero te hace sentir bien el gritar. Hasta que te quedes sin voz, para así no tener nada más que decir.

Y aún hoy, después de todo lo vivido, te debates ante dos ideas totalmente opuestas. La felicidad y el engaño. El pensar que todo esto pasará y la hecatombe total. El saber que tú eres más fuerte.


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El texto que hoy traigo es de hace unas semanas, pero no se aleja demasiado de mi "realidad", por llamar a esto de algún modo xD
Espero que os guste (:

jueves, 27 de enero de 2011

¿Puedes sentirlo?

Ya no sé ni de qué dirección proviene este viento. Agita mis mechones al son de una melodía que se perdió entre las nubes. El sueño de no despertar nunca. ¿Cómo prometer sobrevivir, si sabes que tarde o temprano vas a morir? Millones de frases se desploman sobre mi mente y ninguna dice nada. Sin sentido. Y me dejo llevar. Soy presa del tornado de mis pensamientos. Y vuelo, y vuelo... Para no volver. Sólo desaparecer. No pisar el suelo en cien años y olvidar qué es avanzar. Sólo flotar. No sentir mis pies. Tener alas. Propulsada por el corazón y sus latidos. Aquí no hay límites, sólo libertad. Sobrepasar cualquier obstáculo y destruirlo en ese mismo momento. No volver a cometer los mismos errores. Pensar antes de hablar. Ser fuerte. Cosas que, en la vida real, apenas son posibles. Esta mezcla de juego ficticio y la más cruda realidad me hace estremecer de terror. Ya no puedo distinguir. Sólo siento y padezco. Levito con cada suspiro y vuelvo a caer en mi cama como si de una hoja otoñal tratase. Pero sonrío, sonrío y respiro. Sonrío y me pierdo entre mis sábanas. Mañana será un buen día, lo prometo.

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Aquí y ahora empieza mi cacao. Creo que llego algo tarde para explicar toda mi situación, así que, probablemente, iréis conociéndola algo más a partir de mis textos. Tampoco tienen mucho sentido, lo sé, pero, ¿qué lo tiene ahora mismo?



¡Ciao!

Bienvenidos/as

Hoy se inaugura este pequeño blog. Aquí simplemente plasmaré, mejor o peor, mis sentimientos, ideas o cualquier cosa que me ronde la cabeza y desee compartir.
Soy una pura aficionada, no tengo nivel, sólo escribo por diversión e incluso por necesidad muchas veces.

En fin, no me enrollo. Sólo espero que los pocos que lo veáis disfrutéis con él.






¡Salud!